«En La Rioja, el alquiler ha subido un 12,9% en el último año»

Ainhoa Martínez es una de las portavoces del Sindicato de la Vivienda en La Rioja. Hablamos con ella de la situación de la comunidad riojana en materia habitacional.

 

El año pasado, un grupo de jóvenes comenzó a movilizarse en La Rioja. Veía que el escenario respecto a la vivienda cada vez estaba más complicado, y creyó necesaria la creación de un sindicato para proteger y reivindicar los derechos en ese ámbito. Finalmente, en febrero de 2025 se constituyó el Sindicato de la Vivienda en La Rioja (SVLR).

En la actualidad, una de sus portavoces es Ainhoa Martínez. «Queríamos formar algo desde lo civil. Gente con conciencia política, por supuesto, pero también personas afectadas por este problema». Habla de un movimiento apartidista —que no es lo mismo que apolítico—. «Hay gente que ha venido de diferentes asociaciones a las que también afecta esto, como de Asociación Mundo Inmigrante (AMIN) o de El Llavero». También nombra a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) como una ayuda importante.

Su principal labor es de asesoramiento y ayuda a personas que tienen problemas relacionados con la vivienda, como fue el caso de Silvia, con quien hablamos hace unos meses en Radio Diferida. Han conseguido que, por ahora, Silvia siga en el piso donde vivía cuando empezó a ser presionada para irse y a sufrir subidas de alquiler.

El problema de la vivienda en La Rioja

Consideran necesario este sindicato debido a que «es un tema muy candente, y una de las mayores preocupaciones que tiene la ciudadanía», recalca. «Pero, a nosotras, lo que nos preocupa es que, ahora, en julio, el precio del suelo está a 9,1 euros el metro cuadrado de alquiler. Ha subido un 12,9% en La Rioja el último año. Por ejemplo, un piso de 80 metros cuadrados ha pasado de 699 euros, a 790 este mes». Asimismo, denuncia algunas subidas injustas de alquiler, o conflictos con las fianzas. «Son problemas que nos preocupan. Especialmente ahora, vemos una creciente subida de los pisos turísticos y que no hay medidas contundentes por parte de nuestros políticos. Hasta ahora, lo único que han hecho (en La Rioja) es una ley para facilitar la ayuda a la hipoteca». Respecto a la ley estatal 9/2023, de 19 de mayo, por el Derecho a la Vivienda, consideran desde el sindicato que «es poco», y que aspectos como la ventanilla única para los pisos turísticos «no se está cumpliendo». De igual manera, en nuestra región «no se está cumpliendo la declaración de zonas tensionadas (allá donde el coste medio de la hipoteca o alquiler, más gastos básicos, supere el 30 % de la renta media de los hogares) porque cada comunidad puede hacer lo que quiera». Según la ley estatal, si una zona se declara tensionada, tiene una serie de protecciones y límites en los precios del alquiler.

Respecto a los problemas específicos de La Rioja, además de lo expuesto, «el 47% de los pisos turísticos se concentran en Logroño, —lo cual va unido al turismo de borrachera y provocó movilizaciones como la de Demanda Casco Antiguo—». Aparte, asegura que sólo un tercio de estos pisos han pedido el número de registro que debe tener cualquier vivienda de este tipo, «en la comunidad sin costa con más pisos turísticos después de Madrid». Y, por otro lado, «vemos que en España hay 3,4 millones de pisos deshabitados, y en La Rioja tenemos casos como el de Ezcaray con un 49% de casas vacías».

Gentrificación

Una palabra que se ha extendido como la pólvora durante los últimos años es gentrificación, es decir, la transformación de una zona en la que los residentes de siempre no pueden seguir viviendo porque han subido los precios debido a diferentes factores. En ese momento, se profundizan las diferencias entre clases sociales y los más vulnerables quedan excluidos.

Sobre este asunto, Ainhoa dice que «está relacionado con los pisos turísticos», y que ven cómo «los vecinos cada vez se sienten más desplazados en sus barrios». En Logroño, la mayor parte se concentra en el Casco Antiguo, pero no sólo esa zona, ya que en sitios como Las Norias también abundan. «Están cerrando los negocios locales, y cada vez se ven más franquicias y marcas de productos de comida rápida». Observa que, con mayor evidencia, «la ciudad es más para los turistas y menos para las vecinas».

El manifiesto

El manifiesto fundacional del Sindicato de la Vivienda en La Rioja consta de once puntos. En ellos, se habla de la expropiación de la vivienda vacía, de la paralización inmediata de los desahucios, de la creación de un parque de vivienda pública no descalificable, del control y regulación de los precios de la vivienda, de la regulación de los pisos turísticos, del fomento de viviendas colaborativas, de contratos indefinidos de alquiler, de la prohibición de la compra de vivienda por parte de fondos buitre, del fin de los abusos en los alquileres, de la transformación del Instituto Riojano de la Vivienda en una oficina al servicio del pueblo, y de la vivienda y los servicios públicos en los pueblos. «Son medidas que aspiramos a que se consigan».

El sindicato

La portavoz nos cuenta el bagaje del sindicato a lo largo de su corta historia. Después de la constitución oficial, «tuvimos una charla en la Universidad de La Rioja donde hablamos con los estudiantes, porque para ellos es horrible. La Rioja es la única comunidad autónoma que no tiene residencia pública». También tuvieron una reunión con AMIN, a quien afecta muy directamente esta problemática. Su día más grande, cuenta, fue el 5 de abril. «Hicimos una manifestación a la que acudieron más de mil personas».

De igual manera, han organizado charlas antirrepresivas de la mano de encausados en el No Caso 14N, y sobre infiltración policial en movimientos sociales.

Sin embargo, como hemos dicho al principio, su principal labor es de asesoramiento y ayuda a personas que tienen problemas relacionados con la vivienda y, en la práctica, ya están consiguiendo cosas. «Ahora estamos trabajando en todos los casos que se nos acumulan, de subidas de alquiler o problemas con la fianza. No somos asesores ni abogados, pero procuramos ayudar a quien acude a nosotros».

Mientras los intereses de quien legisla choquen con los de la ciudadanía, este tipo de organizaciones garantiza un mínimo acompañamiento frente a la indefensión de las personas más vulnerables. «Hacemos lo que está en nuestra mano», asegura Ainhoa, que se ofrece para que las personas que lo necesiten acudan al SVLR. En la era del individualismo, quedan vestigios de lucha colectiva.

 

Sergio Marín Ochoa