Una vida callada entre poemas

Elena Silva ha publicado Poemas de una vida callada (Diversidad Literaria, 2025), y en Radio Diferida hemos hablado con ella.

 

Nos hemos citado en un bar de la Calle Portales de Logroño. Se trata de una vieja conocida del Poetry Slam, donde conocí su poesía. Viene con una impoluta chaqueta americana blanca. Parece vestida para la ocasión, lo cual sería todo un halago.

Vengo con preguntas concisas, pues en sus versos se puede apreciar el dolor, pero también el amor y el anhelo de libertad. Aunque, también, quiero saber cómo nació este poemario.

«Nace de una forma muy discreta», me dice. «Siempre pensé que mi poesía surgía muy dentro de mí. Empecé desde muy pequeña a escribir anotaciones, dibujos… Y a lo largo del tiempo me vino esta manera de escribir. Ya de niña, me publicaron poemas en la revista del colegio, y más tarde en la del Plus Ultra». No tiene claro si la poesía le encontró a ella o fue ella la que encontró a la poesía, pero sí sabe que la suya ha evolucionado y que la gente se puede sentir identificada.

Elena Silva asegura que su lírica «está envuelta en palabras llenas de vida», pero le pregunto por el dolor que refleja en algunos de sus versos. «Hay mucha falta de lo que la gente puede imaginar, porque una persona con discapacidad no puede hacer grandes cosas como los que pueden ir de un sitio a otro. Eso de poder ir a un lugar desconocido y disfrutarlo, para personas como yo, sería algo maravilloso y enriquecedor». Pero en la poesía, dice, marca un ritmo muy variado. Por eso habla de libertad, de viajes… Porque «es una puesta en escena hecha en palabras».

También se trata el amor y el deseo., cuestiones que Elena vive «de muchas maneras, porque el amor puede ser imaginario o caótico, pero es algo muy bonito».

La poesía, para ella, es libertad. Poemas de una vida callada representa esa parte de su esencia. «Nunca habría pensado tener esa posibilidad de escribir, soltar y hacerlo mío como esa gaviota que vuela. Es una válvula de escape que, hoy por hoy, no puedo abandonar».

Antes de despedirnos, me resume el poemario en una frase corta: «A mí, la poesía me ha salvado». Pero, ésta, no es la única razón por la que Poemas de una vida callada merece la pena.