Íker Gil presenta su poemario «45 cerraduras»

íker Gil (derecha) y Enrique Cabezón (izquierda).

El acto ha formado parte del programa de Agosto Clandestino. Lo ha presentado junto a Hasier Larretxea, que también ha publicado con la editorial, y Enrique Cabezón, editor de Ediciones 4 de Agosto.

 

Continúa el festival Agosto Clandestino 2025, coordinado por el editor Enrique Cabezón. El riojano Íker Gil ha presentado 45 cerraduras (Ediciones 4 de Agosto), como parte de la serie Planeta Clandestino. Este poemario cuenta con un prólogo de la poeta Laura Calatrava y es su primera publicación tras su paso por múltiples micrófonos abiertos, el Poetry Slam Logroño, o diferentes eventos de poesía.

Íker tenía claro que buscaba un poemario con estructura. «No quería coger un grupo de fonemas que yo he escrito durante mucho tiempo, ordenarlo y ya está… Quería que se sostuviera, que tuviera ese ciclo». En boca de su editor, este libro explora temas como «la soledad, la muerte, el dolor, la fe o la redención» de una manera cruda y visceral. La obra está marcada por un fuerte componente autobiográfico, aunque su autor, por una cuestión de perspectiva, ya no se ve en esas letras. «Tuve un problema gordo de ansiedad y un proceso de tratamiento, y me reconozco, pero ahora no veo la vida con esa oscuridad», asegura, «ese Íker ya no está». Relata que «una persona que está en depresión no ve la luz, no hay pájaros, no hay girasoles… Quería que fuera crudo y, a través de esa crudeza, el propio lector ve que no te puedes quedar ahí».

Cuenta que empezó a escribir cuando se apuntó a un taller de relato de Virginia Ruiz. «Si no fuera por ella y, después, Adriana Bañares, yo no escribiría. No sabía hacer relatos ni entendía lo que era la poesía». El poeta intenta mejorar como muestra de agradecimiento a sus maestras y maestros. «Mi objetivo es mejorar para agradecer. Mi poesía es ellos».

Por su parte, Hasier Larretxea ha presentado La cartografía de las sombras (Ediciones 4 de Agosto), poemario que, entre otras cosas, habla del olvido, el catolicismo, o las guerras.

Ambos autores han leído algunos de los poemas que integran sus libros. Por parte de Hasier, en castellano y, también, en su lengua materna, el euskera. Los dos, mostraron una conexión en cuanto a la profundidad y el contexto de la escritura.

 

Sergio Marín Ochoa